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Nos han tocado momentos recios, y en Dios podemos vivirlos de la mejor forma, ora y confía, todo esto pasara.

              No podemos dejar de recomendar que toméis medidas ante la epidemia  "coronavirus".  Entendamos que esta no es una lucha contra un virus sino contra nuestras costumbres.

Esta es una ocasión para trasformar una emergencia en una carrera de solidaridad y aprovechar éste  tiempo de Cuaresma y tener caridad con nuestro prójimo.

Cambiemos el modo de ver las cosas y de pensar.

Ya no es "yo tengo miedo del contagio" o "a mí no me importa  contagiarme". Ahora el asunto es: yo tengo que cuidar de los demás.

Yo me preocupo por ti.

Yo me mantengo a distancia por ti.

Yo me lavo las manos por ti.

Yo renuncio a un viaje o ir al cine por ti.

Yo me quedo en mi casa por ti.

Por ti y por los que me rodean y te rodean que tienes un familiar que está ingresado en unidad de cuidados intensivos, tu padre y mi padre anciano y frágil, también por el que está luchando contra un cáncer  y no puede luchar también contra esto.

Por favor, levantemos la vista...

Vamos a tomar medidas en nuestra casa. En las calle mantener la distancia con la gente, seguir las precauciones recomendadas de estornudar en el antebrazo, lavar las manos muy frecuentemente, evitar tocarse ojos y boca. En caso de tener fiebre, tos y sensación de falta de aire llamar al teléfono 955 54 50 60. 

 En este momento social en el que pensar en uno mismo se ha vuelto la norma, este virus nos manda un mensaje claro: la única manera de salir de esto es hacer piña, hacer resurgir en nosotros los sentimientos de ayuda al prójimo, de pertenencia a un colectivo. La corresponsabilidad: sentir que tus acciones depende la suerte de los que te rodean, y que tú dependes de ellos.

Un saludo familias